
Llega el buen tiempo y ya vamos pensando en la playa, el sol, la piscina y las horas al aire libre. Y cuando es el primer verano del bebé surgen muchas dudas, entre ellas “cuándo puede ir un bebé a la playa o la piscina”. Si te encuentras ante este dilema, este artículo te interesa. En este post de La vida es algo más te contamos cuándo puede ir un bebé a la playa y te damos una serie de consejos sobre precauciones con el sol, horas de baños, etc.
¿Puedo ir con mi bebé a la playa?
El verano puede traer ciertos riesgos para el bebé y es importante tener en cuenta distintos aspectos relacionados con sus cuidados ante tantas horas de sol.
Si te preguntas si puedes llevar a tu bebé a la playa o la piscina, te diremos que aunque no hay una norma estricta, muchos expertos pediatras coinciden en que no es recomendable hacerlo si el bebé tiene menos de 6 meses. Únicamente podrías hacerlo con un bebé de pocos meses si es antes de las 11 de la mañana o a última hora de la tarde para pasear con el peque antes de la cena.
Los bebés, especialmente durante la etapa de lactancia, son extremadamente vulnerables a los efectos del sol. Su piel delicada se quema con facilidad y su organismo puede deshidratarse rápidamente. Incluso bajo la protección de una sombrilla, no están completamente a salvo; de hecho hasta un 30 % de la radiación solar puede reflejarse en la arena o el agua y alcanzarles igualmente.
Y más allá de los riesgos físicos, conviene reflexionar sobre el verdadero propósito de acudir a la playa que es disfrutar. Cuesta imaginar que un bebé de apenas tres o cuatro meses disfrute de ello. Cuando empiezan a gatear es cuando ya les empieza a llamar la atención la textura de la arena, disfrutan chapoteando en el agua y jugando.
Consejos para ir con el bebé a la playa o la piscina
Cuando los niños alcanzan una etapa de desarrollo más avanzado, disfrutar de un día en la playa junto a un adulto puede ser una experiencia muy enriquecedora. Nadar y jugar con la arena no solo resulta divertido, sino que también favorece su desarrollo psicomotor. Además, tanto en la playa como en la piscina los más pequeños pueden beneficiarse si seguimos unas sencillas prácticas.
Proteger al bebé del sol y del agua con prendas y accesorios
Viste a tu bebé con prendas frescas y transpirables, preferiblemente tejidos de algodón y tonos claros.
Las camisetas con protección solar para bebés están especialmente diseñadas para proteger su delicada piel de los intensos rayos del sol en la playa, evitando posibles quemaduras.

Asimismo, los bañadores pañal reutilizables para niños son un accesorio imprescindible si quieres evitar cualquier tipo de fugas si te encuentras en la piscina o playa bañándote con tu bebé. Son bañadores para el bebé de calidad muy prácticos y no desechables, por lo que podrás volver a utilizarlos.

Por otro lado, los chalecos flotadores son de gran ayuda para enseñar a tu hijo o hija a nadar y para que tengan sus primeros contactos con el agua de forma segura.

También es importante comprar gafas de sol infantiles para los peques con los que proteger sus ojos de los rayos de sol.

Por último, si tu bebé lleva una de estas gorras solares, te aseguramos que podrás estar tranquila. Cuentan con protección solar UPF50+ con la que prevenir que se quemen las zonas más sensibles como cuello, nuca y orejas.

Usar un buen protector solar
La aplicación de crema solar de manera constante es una obligación más que un consejo. Se deben usar dosis abundantes y aplicarlas media hora antes de exponer al peque al sol. Además, tendrás que volver a aplicarla cada 2 horas. Y la protección debe ser igual o superior a 30, mejor 50.
Evitar las horas centrales del día
Lo ideal es evitar las horas centrales del día, entre las 11 y las 18 h, cuando la radiación solar es más intensa y las temperaturas alcanzan sus picos más altos. Los momentos más recomendables para disfrutar del mar y del agua con peques son por la mañana temprano o por la tarde, ya que así se reduce el riesgo de deshidratación o quemaduras solares.
Además, los baños deben de ser cortos, de unos 10 minutos por chapuzón y es importante ir remojando al peque cada cierto tiempo.
Mantener al bebé hidratado
Es fundamental que los bebés se mantengan bien hidratados, por lo que se recomienda ofrecerles agua con frecuencia, aproximadamente cada media hora.
En definitiva, si se toman las precauciones adecuadas, podrás disfrutar de momentos entrañables con tu bebé tanto en el mar como en la piscina. Lo ideal es esperar al menos hasta los seis meses y, cuando llegue el momento, proteger su delicada piel y respetar sus ritmos. Así comenzarás a crear recuerdos inolvidables bajo el sol, con seguridad.