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¿Por qué los niños tienen miedo a la oscuridad?

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Esta es la pregunta que muchos padres nos hacemos cuando observamos que nuestros hijos pequeños tienen un miedo irracional a la oscuridad.

Independientemente de algunas soluciones temporales que son muy efectivas, como la instalación de lámparas quitamiedos, en La vida es algo más queremos contarte qué podemos hacer en estos casos. Pero antes de actuar, es mejor entender por qué muchos niños se asustan con la oscuridad.

Causas de que los niños tengan miedo a la oscuridad

Todos los niños experimentan algún tipo de miedo a lo largo de la infancia, y el miedo a la oscuridad es uno de ellos. El miedo a la oscuridad suele manifestarse entre los 3 y los 6 años, cuando los niños son lo suficientemente mayores como para usar su imaginación, pero no han desarrollado del todo la capacidad de distinguir la fantasía de la realidad. 

Cuando los niños se van a la cama, no tienen distracciones que ocupen su mente, por lo que su gran imaginación se dispara y fantasean sin cesar. Algunos sueños infantiles son de lo más divertidos, pero en otras ocasiones, una inofensiva sombra oscura puede convertirse rápidamente en un monstruo que viene a por ellos.

Además, todos los miedos tienden a ser mucho más vívidos durante la infancia. Es por eso que los niños controlan peor sus miedos que los adultos. La inocencia y la inexperiencia infantil hacen el resto: el niño es incapaz de controlar el miedo creciente que siente y rompe a llorar, llamando a papi o a mami.

Cómo ayudar a un niño a controlar el miedo a la oscuridad

Seamos sinceros: los diálogos con lógica nunca serán demasiado efectivos en niños de esas edades. Como hemos dicho, la buena noticia es que estos miedos naturales desaparecen espontáneamente cuando el niño comienza a madurar definitivamente.

Mientras, debemos ayudar al peque a superar positivamente esa etapa. ¿Cómo? Con tres medidas sencillas y efectivas:

  • Evitar que el niño consuma contenido de terror.
  • No contarle cuentos con personajes que se llevan a los niños que se portan mal.
  • Preparar una cena apetitosa, pero ligera y cuidar el horario de la misma.

El último punto influye más de lo que pensamos: las cenas copiosas y los azúcares antes de acostarse propician que el niño tarde más en dormirse, lo que aumenta la probabilidad de que su imaginación vuele durante la vigilia y experimente un episodio de miedos nocturnos.

¿Qué podemos hacer mientras el niño supera naturalmente su miedo a la oscuridad?

El problema en sí no debe preocuparnos, ya que, por fortuna, con el tiempo esos miedos nocturnos desaparecen espontáneamente.

En este sentido, mientras el niño avanza en la superación de su miedo a la oscuridad, nunca debemos pensar que lo mejor es que el niño duerma en nuestra habitación. Una solución positiva, temporal y muy interesante es la instalación de una lámpara quitamiedos en el cuarto del niño.

Las lámparas quitamiedos, no solo son geniales para decorar, sino que son unos dispositivos luminosos que pueden colocarse, por ejemplo, sobre la mesita de noche o sobre una cómoda. Su iluminación es tenue, pero suficiente para que la habitación no esté absolutamente oscura.

Los motivos decorativos de estas lámparas son muy alegres y adaptados a la mentalidad infantil: de colores vivos, representan a animales, mascotas u objetos como estrellas, nubes o helados.

En definitiva, las lámparas quitamiedos infantiles son un recurso de primer nivel para evitar los terrores nocturnos y aportar la necesaria tranquilidad a los niños. Y ya sabes, La vida es algo más que una pesadilla que se puede evitar.

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